Los sentimientos negativos y Silvia Federicci

Me acabo de leer “Calibán y la bruja” de Silvia Federicci, y ha sido toda una revelación.

Aunque el libro se centra en la caza de brujas en la transición del feudalismo a la era industrial, hay un extenso apartado en el que profundiza en lo que supusieron las ideas de la ilustración respecto a las emociones de las personas. Cómo estas ideas animaban a separar la razón de los sentimientos, considerando la primera como una herramienta válida, y lo segundo, como una lacra que todo ser humano debía reprimir si quería ser una persona libre y productiva.

 

De esta manera, cada individuo se reprimía a sí mismo, y no hacían falta otro tipo de coacciones utilizadas hasta la fecha, (desde la guardia de los señores de los castillos hasta el capataz de la plantación o de la fábrica).

Me pregunto si toda esta cultura que criminaliza los sentimientos negativos no sea un paso más allá y tenga que ver con las necesidades del sistema, que requiere trabajadores contentos que puedan seguir produciendo y no se quejen de su situación.

Si tomamos por válida la interpretación de Silvia Federicci, en la que la ilustración conseguía que los propios individuos se controlasen a sí mismos, el pensamiento positivo sería el siguiente paso. Que los individuos se traguen todo el malestar provocado por las injustas condiciones de trabajo, y ante todo, sigan produciendo.

Un amigo me comentó que esto choca con la sobreestimulaciòn a la que estamos expuestos con las fake news, que encienden nuestra ira continuamente. Creo que los dos fenómenos, aparentemente contradictorios, pueden convivir en la misma sociedad, como parte de sus incoherencias internas. Pues terminamos por evitar enfadarnos por las noticias terribles, desarrollando todavía más la capacidad personal para estar siempre bien.

Como hija de la desindustrialización de la Margen Izquierda, si miro atrás, veo tanto tanto sufrimiento… ¿Cómo no vamos a tener almacenados sentimientos negativos? Nuestros y también de la generación anterior. Y si no les miramos a los ojos… ¿Cómo vamos a poder resarcir esa parte de nuestra historia y nuestras vidas, y seguir adelante? Es más, ¿Cómo vamos a poder señalar a los responsables de aquellas situaciones, si ni siquiera vemos el dolor que nos causaron?

Tampoco se trata de revolcarse y regodearse en el sufrimiento Por favor, tratemos de disfrutar de la vida, ante todo. El límite puede ser difuso y sobre todo, siempre es un proceso, la toma de conciencia y la posterior trascendencia del hecho doloroso. Pero cada vez estoy más convencida de que hay por ahí alguien muy interesado en que estemos contentas con nuestras vidas, a toda costa, no nos vaya a dar por dejar de producir en la máquina global y subvertir los engranajes del sistema.

Yo voy a seguir explorando esta las emociones que me atraviesan. Espero que a alguien le puedan aportar algo.

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