Diario de una artista o cómo es hacer una exposición
Mundo:
Todavía está el Ómicron coleando y acaba de estallar una guerra (anunciada) entre Rusia y Ucrania. Parece que no tenemos tregua o no sé si son los medios que le han cogido el gusto a lo de mantenernos alarmadas. Si hay alguna afirmación en la que todo el mundo podemos estar de acuerdo, es que matar está mal. Pero en el comienzo del siglo XXI sigue habiendo guerras. En medio de este escenario se está celebrando la Feria de Arte Contemporáneo ARCO en Madrid, y yo he hecho la primera exposición (individual) de mi vida.
Emociones:
En contra de todo pronóstico, la exposición me ha producido mucha alegría y satisfacción. Yo pensaba que crear era suficiente para mí, (y de hecho, lo sigo creyendo), y que una exposición iba a suponer un montón de líos y gestiones. Y sí, hay que organizar unas cuantas cosas, pero no esperaba un resultado tan bueno. Primero, por ver parte de mi trabajo bien organizado y colgado de las paredes, en el que cobraba un sentido todavía mayor. Después, la ilusión que me han hecho las distintas visitas, las guías personalizadas y los buenos ratos que he pasado con amistades varias. He constatado que mostrar la obra es otro paso más del proceso. He tenido menos tiempo para pintar, eso sí.
Pintura:
He estado terminando un encargo y por fin voy a poder retomar el estudio de la anatomía. La exposición me ha mantenido bastate ocupada.
Reflexiones:
En estos días, a cuenta de ARCO, me pregunto en qué anda ahora el Arte Contemporáneo. Si está reflejando el impacto de la pandemia. Si podría ser de utilidad para mitigar las guerras. Me pregunto qué tipo de Arte necesita el mundo ahora, qué tipo de Arte necesitamos los artistas, qué tipo de Arte se está fomentando. Qué relación ha de haber entre la innovación plástica y el devenir del mundo. La verdad, no tengo ninguna respuesta, solo ideas aisladas y para nada absolutas, por eso he decidido tratar de acudir a ARCO en su próxima edición, sea como sea.